El poder de la influencia frente al peso de la autoridad
“¿Lideras o mandas?” no es una simple pregunta retórica: es el punto de partida para reflexionar sobre la diferencia entre quien inspira y quien impone. En entornos de alta exigencia ya sea una operación de rescate en montaña, una expedición de supervivencia o la dirección de un equipo empresarial en crisis la manera en que se ejerce el liderazgo marca la diferencia entre el éxito colectivo y el colapso del grupo.
Liderar implica influencia, visión, empatía y coherencia. Mandar, en cambio, se basa en autoridad, imposición y control.
Por experiencias vividas en primera persona de este que suscribe, ambos pueden lograr resultados a corto plazo, pero solo el liderazgo genuino construye equipos sólidos, resilientes y comprometidos que resisten los envites y funcionan en el tiempo incluso mejor.
1. Origen y fundamentos del liderazgo
El liderazgo ha sido objeto de estudio desde la Antigüedad. Filósofos como Platón o Aristóteles ya reflexionaban sobre la figura del líder ideal, mientras que autores modernos como Max Weber o Kurt Lewin dieron forma científica al concepto.
Según James MacGregor Burns (1978), el liderazgo es “un proceso en el cual líderes y seguidores se elevan mutuamente a niveles más altos de motivación y moralidad”. Esto significa que el liderazgo no se ejerce sobre las personas, sino con las personas.
Factores clave en el inicio y desarrollo del liderazgo militar en España:
Actualmente en España una de las escuelas de liderazgo más asentadas y con mayor proyección hacia ambitos civiles y deportivos son las Fuerzas Armadas y concretamente el Ejercito de Tierra.
Profesionalización de las Fuerzas Armadas: La profesionalización, iniciada en 1996, creó la necesidad de una formación más especializada, incluyendo el liderazgo. No simplemente mandar, sinó enseñar a liderar.
Estudios científicos: A partir del año 2000, comenzaron a publicarse estudios sobre liderazgo militar, mayormente desarrollados en el Ejército de Tierra, lo que impulsó su estudio sistemático.
Estructuras de formación e investigación: La creación de estructuras orgánicas estables, dedicadas a la docencia y a la investigación, fundamentalmente en las academias militares es fundamental para el desarrollo del conocimiento en liderazgo militar.
Producción de conocimiento: Se busca aumentar la producción de material académico como tesis doctorales, libros y artículos científicos para difundir el conocimiento sobre liderazgo militar y mejorar la eficacia de las Fuerzas Armadas.
En el ámbito militar, la supervivencia y las emergencias, este principio se vuelve aún más evidente: cuando la incertidumbre domina, el líder no puede imponer, sino que debe guiar, motivar y sostener emocionalmente al grupo. Lo que es trasvasable a la empresa u organismos civiles.
2. Liderar vs. mandar: una diferencia vital
Mandar
Liderar
Se basa en la jerarquía y el poder.
Se basa en la confianza y el respeto.
Exige obediencia.
Inspira compromiso.
Comunica órdenes.
Comunica propósito.
Busca resultados inmediatos.
Construye crecimiento sostenible.
Genera miedo o sumisión.
Genera cohesión y motivación.
En entornos naturales o de emergencia, un “jefe” que solo manda puede poner en riesgo la seguridad del grupo, mientras que un líder efectivo convierte la tensión en acción coordinada, mantiene la calma y hace que cada miembro se sienta parte esencial del equipo.
3. Tipos y estilos de liderazgo
Aunque ya lo tratamos en otro artículo de nuestro Blog, existen múltiples formas de liderazgo. Las más reconocidas, adaptadas al contexto de la supervivencia y la gestión de equipos, son:
Liderazgo autocrático: útil en situaciones críticas donde se necesita acción inmediata (ej. evacuaciones, incendios forestales). El líder toma decisiones rápidas, pero debe evitar caer en el autoritarismo.
Liderazgo democrático: fomenta la participación del grupo, valioso en entornos de aprendizaje o planificación de expediciones. Mejora la cohesión y el compromiso.
Liderazgo transformacional: inspira a los demás a superarse, genera propósito y desarrolla la motivación intrínseca. Ideal para equipos de largo plazo.
Liderazgo situacional (Hersey y Blanchard): el líder adapta su estilo según el nivel de madurez y competencia del grupo. En supervivencia o empresas, esta flexibilidad es clave.
Liderazgo servicial (Greenleaf, 1970): el líder está al servicio del grupo, no al revés. En equipos de rescate o de montaña, es el que “da ejemplo”, cuidando y apoyando antes que exigir.
4. Cómo se implementa el liderazgo en la práctica
Implementar un liderazgo efectivo requiere tres pilares:
Autoconocimiento: comprender nuestras fortalezas, límites, emociones y estilo de comunicación. Un líder que no se conoce, difícilmente podrá conocer a su equipo.
Comunicación consciente: hablar claro, mira a los ojos, escucha activamente y mantener coherencia entre palabras y acciones.
Gestión emocional: mantener la calma bajo presión. En emergencias, la estabilidad emocional del líder es contagiosa. Y el pánico y el miedo es más contagioso todavía.
Un ejemplo claro: durante una tormenta en montaña, un líder no solo organiza el repliegue o el refugio, sino que transmite calma y seguridad. Esa actitud puede ser determinante para la supervivencia del grupo.
5. Cómo hacer que te sigan: la confianza como núcleo
Las personas conscientes no siguen títulos ni cargos, siguen a personas coherentes. Para que un grupo te siga de manera voluntaria, debes construir credibilidad, respeto y sentido de propósito.
Las personas nos siguen por el convencimiento de que las acciones a realizar son las necesarias en el momento necesario y tienen un propósito para alcanzar el objetivo o un fin necesario.
Un estudio de Gallup (2020) mostró que los equipos que confían en su líder aumentan su rendimiento hasta un 21% y reducen la rotación de miembros en un 45%.
En la naturaleza o en la empresa, el líder que demuestra competencia técnica, coherencia ética y empatía humana genera un vínculo que trasciende la autoridad formal.
Todos hemos tenido un profesor o jefe que generó un impacto positivo en nosotros mismos y al que seguimos recordando.
6. Dinámicas de grupo y liderazgo aplicado
En el liderazgo moderno, las dinámicas de grupo son una herramienta esencial para evaluar, fortalecer y desarrollar la cohesión entre los miembros de un equipo. No se trata solo de ejercicios de entretenimiento o formación, sino de auténticos laboratorios humanos donde se revelan los comportamientos, roles y actitudes bajo presión.
En entornos naturales o de supervivencia, una dinámica de grupo puede mostrar de inmediato quién toma iniciativa, quién comunica mejor, quién gestiona el miedo o quién necesita apoyo. En empresas, ocurre lo mismo durante una crisis o un cambio organizacional: emergen líderes naturales y se refuerzan los lazos de confianza.
Las dinámicas permiten observar cómo un grupo se transforma en un equipo, y cómo el líder puede intervenir para equilibrar, motivar y guiar.
Ejemplos de dinámicas útiles:
“La cuerda invisible”: obliga al grupo a moverse coordinado con los ojos vendados. Evalúa comunicación, confianza y cooperación.
“El rescate simulado”: una práctica realista que pone al líder en situación de estrés para observar su toma de decisiones.
“El puente roto”: se debe construir una solución con recursos limitados. Estimula la creatividad y la asignación de roles naturales.
Estas experiencias pueden adaptarse fácilmente a entornos empresariales, reemplazando la “supervivencia física” por la supervivencia organizacional: resolución de crisis, gestión del cambio o toma de decisiones estratégicas.
7. Consejos para ser un mejor líder
Convertirse en un buen líder no es cuestión de carisma o de autoridad innata, sino de práctica consciente, formación y desarrollo personal continuo. El liderazgo es una habilidad que se entrena, se pule y se mejora a través de la experiencia, la autocrítica y la capacidad de aprendizaje.
En el ámbito de la supervivencia y las emergencias, ser un mejor líder implica no solo dominar técnicas, sino también entender la psicología humana en situaciones de estrés extremo. En la empresa, implica gestionar egos, motivaciones y objetivos diversos hacia un mismo propósito.
En ambos contextos, el liderazgo efectivo parte de un principio: liderar es servir al grupo, no servirse de él.
Algunas claves esenciales:
Reconoce el esfuerzo: un reconocimiento sincero multiplica el compromiso.
Aprende constantemente: el liderazgo es un proceso de mejora continua.
Practica la humildad: admitir errores no debilita, fortalece.
Sé coherente: tus actos deben respaldar tus palabras.
Escucha activamente: entender a tu equipo es más poderoso que hablarles.
Cuida la energía del grupo: detecta el agotamiento emocional o físico.
Da ejemplo: lidera desde el frente, compartiendo riesgos y esfuerzos.
A continuación, se presentan 2 dinámicas efectivas ( aunque hay muchas más) que pueden implementarse dentro de cualquier empresa o institución, sin necesidad de salir al exterior. Estas actividades son ideales para sesiones de formación, desarrollo directivo, coaching de equipos o talleres de liderazgo:
“Torre de papel”
Objetivo: Promover la planificación, creatividad y liderazgo compartido. Desarrollo: En grupos pequeños, los participantes deben construir la torre más alta posible usando solo papel y cinta adhesiva en un tiempo limitado. Aplicación: Permite observar cómo se organizan los roles (líder, ejecutor, creativo, crítico) y cómo se gestionan la presión y el tiempo. Reflexión: ¿Qué tipo de liderazgo emergió? ¿Transformacional, autoritario, cooperativo?
“El proyecto relámpago”
Objetivo: Entrenar el liderazgo en entornos de cambio y presión. Desarrollo: Se asigna al grupo un proyecto ficticio (ej. lanzar un producto, planificar una campaña o resolver una crisis mediática) con un tiempo muy limitado. Aplicación: Permite analizar cómo se distribuyen los roles, cómo emergen los líderes y qué estrategias priorizan. Reflexión: ¿Qué estilo de liderazgo surgió? ¿Quién gestionó mejor el estrés y el foco?
Estas dinámicas, sencillas pero profundamente reveladoras, permiten que los equipos experimenten el liderazgo real en acción sin necesidad de salir de su entorno laboral. Lo importante no es la actividad en sí, sino la reflexión posterior: identificar cómo nos comunicamos, cómo decidimos, qué sentimos cuando seguimos o lideramos, y cómo podemos mejorar.
Como en el medio natural, el debriefing final o «lecciones aprendidas» como se denomina militarmente, el análisis compartido después de la experiencia— es donde se produce el verdadero aprendizaje. Allí el grupo toma conciencia de los comportamientos observados y del impacto del liderazgo efectivo dentro del equipo.
8. Ejemplos reales de liderazgo efectivo
Los ejemplos son una de las formas más poderosas de comprender el liderazgo en acción. En distintos contextos —expediciones, rescates, entornos militares o corporativos— los verdaderos líderes se distinguen por su capacidad para mantener la visión y la humanidad en medio del caos.
En la historia moderna encontramos casos paradigmáticos que ilustran cómo el liderazgo puede salvar vidas, transformar organizaciones o inspirar generaciones:
Sir Ernest Shackleton (Expedición Endurance, 1914): su tripulación sobrevivió en la Antártida gracias a su liderazgo empático, comunicativo y estratégico. Mantuvo la moral alta durante más de 600 días atrapados en el hielo.
Erwin Rommel, en campaña militar, destacaba por liderar desde el frente, compartiendo riesgos y mostrando compromiso con sus hombres, lo que generaba respeto y lealtad inquebrantable.
En el ámbito empresarial, Satya Nadella (Microsoft) transformó una cultura organizativa rígida en un entorno colaborativo y humano, demostrando que la empatía y la escucha pueden ser motores de innovación y éxito económico.
Nilofer Merchant, autora y líder empresarial, defiende que el liderazgo del futuro no se basa en la posición, sino en la capacidad de conectar y generar impacto a cualquier nivel de la organización.
Estos casos demuestran que el liderazgo genuino no depende del contexto, sino de la actitud, visión y compromiso con los demás.
9. Del liderazgo en la naturaleza al liderazgo en la empresa
El entorno natural es una de las mejores escuelas de liderazgo que existen. En él, la naturaleza no negocia: pone a prueba la toma de decisiones, la gestión emocional y la capacidad de inspirar bajo presión. Pero las lecciones que se extraen de la montaña, el bosque o el desierto son perfectamente extrapolables al ámbito empresarial.
La montaña enseña a planificar, anticipar y trabajar en equipo. El rescate enseña a priorizar bajo estrés. La supervivencia enseña a liderar desde la vulnerabilidad y la calma. Estos principios son idénticos a los que necesita un equipo directivo que enfrenta una crisis, una reestructuración o un mercado incierto.
La incertidumbre del medio natural se refleja en la volatilidad del mercado.
La gestión emocional en una emergencia es análoga a la gestión del estrés en equipos de trabajo.
La cohesión de un grupo en una expedición equivale a la cooperación entre departamentos o áreas funcionales.
En definitiva, cada experiencia de liderazgo en el medio natural es una metáfora viva del liderazgo organizacional. Por eso, muchas empresas están incorporando programas de outdoor training o formación experiencial en entornos naturales, donde se entrena no solo la toma de decisiones, sino la confianza, la comunicación y la capacidad de mantener la calma en la incertidumbre.
Liderar es servir, inspirar y construir
La diferencia entre liderar y mandar no está en el rango, sino en la intención. Mandar busca obediencia; liderar busca compromiso. El líder efectivo no solo dirige, acompaña. No solo ordena, inspira.
En la montaña, en una emergencia o en una empresa, el verdadero liderazgo surge cuando el equipo actúa con autonomía, porque cree en la visión y confía en quien la guía.
Así que la próxima vez que estés frente a un grupo, en el bosque o en la sala de reuniones, hazte la pregunta clave:
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