Con el Samhain cada vez más cerca en Galicia, tras las preguntas que nos hicisteis en nuestra última ruta de senderismo en Orosa Aventura y fieles a nuestra curiosidad por investigar y compartir lo que aprendemos, aquí tenéis la respuesta ya que Galicia no es solo tierra de montes, lluvia o mar, sino también un lugar lleno de misterios, leyendas y seres que habitan sus bosques y naturaleza.

Es una tierra de leyendas vivas, donde lo visible y lo invisible se entrelazan desde tiempos ancestrales. En sus bosques húmedos, entre robles, tejos y ríos serpenteantes, habitan seres que la tradición ha mantenido vivos durante siglos: mouras, trasnos, meigas, nubeiros y xanas, guardianes de un mundo en equilibrio entre lo humano y lo natural.

Estas creencias no surgieron por casualidad. Proceden de una herencia celta y prerromana profundamente enraizada, luego mezclada con las tradiciones romanas, medievales y cristianas. En ellas, cada elemento de la naturaleza —el agua, el viento, el fuego, la tierra— tiene su espíritu, su dueño o su protectora.

Las Mouras: las guardianas encantadas de la tierra

Las mouras, muy similares a las Xanas de Asturias, son las herederas directas de las deidades celtas de la fertilidad y la naturaleza, como las Matres o Mórrígan, diosas asociadas al suelo, los ríos y la protección del territorio.
Su nombre viene de moura (“morena” o “encantada”), y representan la energía femenina del mundo natural.

Habitan en castros, cuevas, fuentes y piedras antiguas, y en la noche de San Juan o en los amaneceres de niebla, se aparecen peinando sus cabellos dorados con peines de oro. En muchos relatos, custodian tesoros encantados o conocimientos ocultos.

Dónde predominan:
Las leyendas de mouras son especialmente comunes en Lugo, Ourense y Pontevedra, zonas de antiguos asentamientos celtas. En la comarca de A Mariña lucense, se habla de las mouras do castro de Fazouro, y en Ourense, de las mouras do Monte Meda.

Equivalencias culturales:

  • En Irlanda, son similares a las Banshee o Bean Sí, espíritus femeninos ligados a lugares sagrados.
  • En Escocia, se asemejan a las Bean Nighe o Damas del Agua.
  • En la mitología nórdica, recuerdan a las Huldra o Elves de los bosques.

Qué hacer si la ves:
No hables primero. Escucha y observa. Si te ofrece un peine o un objeto dorado, acéptalo con calma, pero no codicies su tesoro. Si lo haces con respeto, la moura podría bendecirte con suerte o conocimiento; si actúas con ambición, desaparecerá entre la niebla.

Los Trasnos: los duendes traviesos del norte

Los trasnos son los pequeños duendes del folclore gallego. De origen celta y germánico, descienden de los antiguos espíritus domésticos conocidos como kobolds (en Alemania) o brownies (en Escocia). En Galicia, adoptaron rasgos locales y se convirtieron en duendes protectores y bromistas.

Son criaturas nocturnas que disfrutan cambiando las cosas de sitio, trenzando las crines de los caballos o provocando ruidos en la cocina. Sin embargo, detrás de sus travesuras hay una función simbólica: mantener el orden natural y moral del hogar.

Dónde son más populares:
En A Coruña y Pontevedra, especialmente en aldeas del interior. En Ferrolterra y Bergantiños abundan los relatos de trasnos das lareiras, pequeños espíritus que habitaban junto al fuego del hogar.

Equivalencias culturales:

  • Leprechauns irlandeses, guardianes del oro y las bromas.
  • Kobolds alemanes o Domovoi eslavos, protectores del hogar.
  • Duendes domésticos de la tradición catalana o vasca (como el Basajaun).

Qué hacer si crees que hay un trasno cerca:
Déjale un cuenco de leche o pan junto al fuego antes de dormir. Si lo haces, no te molestará; si no, prepárate para despertarte con tus botas cambiadas o los cubiertos del revés.

Las Meigas: sabias, curanderas y guardianas del saber ancestral

Ya sabeis que «Haberlas…Haylas» Las meigas (y sus equivalentes, las bruxas) tienen raíces en las antiguas druidesas celtas, mujeres conocedoras de los ciclos de la luna, las plantas medicinales y los secretos del clima. Con la llegada del cristianismo, muchas de ellas fueron perseguidas o transformadas en figuras oscuras, aunque su origen era el de sanadoras y protectoras del equilibrio natural.

En las montañas de Lugo y Ourense, especialmente en la zona de Os Ancares o la Ribeira Sacra, eran respetadas como curandeiras o adiviñas. Sabían leer el viento, bendecir cosechas o invocar la lluvia.

Equivalencias culturales:

  • Druidesas celtas y volvas nórdicas.
  • Las sorginak del País Vasco.
  • Las wise women o “mujeres sabias” de Escocia e Irlanda.

Qué hacer si crees que una meiga ronda tu camino:
No la desafíes. Salúdala con respeto, evita mirarla fijamente y no le pidas nada sin ofrecer algo a cambio. Si te da un consejo, tómalo en serio: dicen que las meigas solo advierten una vez.

Los Nubeiros: los señores de la tormenta

Los nubeiros son los espíritus del cielo, encargados de guiar las nubes, provocar rayos y decidir cuándo llueve o cuándo el cielo se enfurece, por eso nos conviene llevarnos muy bien con ellos a todos los que nos gustan las actividades en la montaña.

Su origen se remonta a las creencias indoeuropeas sobre los dioses del trueno y la atmósfera, como el celta Taranis, el germánico Thor o el romano Júpiter.

En Galicia, los nubeiros adoptan una forma más cercana: espíritus errantes que cabalgan las tormentas. Algunos los imaginan como hombres cubiertos de nubes, otros como vientos personificados.

Dónde se habla más de ellos:
En A Coruña, Lugo y el interior de Ourense, donde las tormentas son más intensas. En la zona de Sarria o el Val de Lemos, se decía que los nubeiros podían ser desviados con oraciones o tocando las campanas.

Equivalencias culturales:

  • Taranis (celta) o Perun (eslavo), dioses del trueno.
  • Elves del viento en la mitología nórdica.
  • Tempus Dei de las creencias romanas rurales.

Qué hacer si sientes su presencia:
No los maldigas ni intentes desafiarlos. Se decía que el sonido del hierro o las campanas podía calmar su furia. Algunos aldeanos colocaban una cruz de madera o encendían fuego en la puerta, símbolo de respeto al ciclo natural.

El bosque gallego: un puente entre mundos

Cada provincia gallega guarda su propio rincón mágico:

  • En A Coruña, el viento y la costa pertenecen a los trasnos y nubeiros.
  • En Lugo, las mouras y meigas dominan montes y castros.
  • En Ourense, los encantos de fuego y agua custodian fuentes termales.
  • En Pontevedra, las xanas y fadas danzan entre los ríos y los robledales.

El bosque gallego es un espacio liminal, una frontera entre el mundo material y el espiritual. Allí, la niebla no oculta: revela. Y quienes lo cruzan con respeto, todavía pueden sentir que no caminan solos.

La magia que sigue viva

Aunque hoy vivimos rodeados de tecnología, el alma de Galicia sigue latiendo en sus leyendas.
Los seres de sus bosques —las mouras, los trasnos, las meigas, los nubeiros y las xanas— son más que cuentos antiguos: son símbolos del respeto a la naturaleza, al misterio y a los ciclos del mundo.

Así que, la próxima vez que camines entre la niebla o escuches un trueno lejano, recuerda:
en Galicia, todo tiene espíritu.

Y en los bosques… haberlos, haylos. 🌿✨

Categories:

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *