Un curso de supervivencia no solo entrena el cuerpo y la técnica, sino que entrena la mente. Nos conecta con nuestros recursos internos, nos ayuda a superar límites autoimpuestos y nos prepara, mental y emocionalmente, para enfrentar con más fuerza y claridad cualquier situación de la vida cotidiana.
El medio natural, especialmente la montaña, presenta una serie de riesgos dermatológicos y oftalmológicos ligados a la exposición solar intensa.