¿Tienes ya tu P.L.A.N.?
Solemos tener un plan para casi todo: para conseguir el trabajo soñado, para la familia, para unas vacaciones, para un viaje e incluso para un fin de semana con amigos.
Estamos acostumbrados a planificar nuestra vida cotidiana, pero, ¿por qué no tener un P.L.A.N para afrontar una emergencia o desastre en el medio natural? Una situación crítica puede ocurrir en cualquier momento y contar con un protocolo de acción puede marcar la diferencia entre salir ilesos o agravar el problema.
Para recordar cómo actuar en caso de emergencia, utilizamos el acrónimo P.L.A.N., donde cada letra representa un principio clave. Este recurso nemotécnico nos ayuda a organizar nuestras acciones de forma efectiva y aumentar nuestras probabilidades de supervivencia.

P.L.A.N.
P – Protección
Lo primero que debemos hacer es garantizar nuestra seguridad y la de quienes nos acompañan. Ver si hay heridos en el grupo y cual es la emergencia a que nos enfrentamos, valorar si debemos esperar a los equipos de rescate, o movernos. Pero para todo lo anterior es fundamental protegernos de los siguientes factores:
- Condiciones meteorológicas: Lluvia, viento, frío o calor extremo pueden agravar la situación. Es crucial encontrar refugio o improvisarlo con materiales disponibles.
- Peligros del terreno: Evitar zonas de desprendimientos, acantilados o terrenos inestables.
- Riesgo de inundación: Identificar posibles cauces secos que puedan activarse con lluvias.
- Fauna silvestre: Dependiendo del entorno, puede haber animales peligrosos que debamos evitar.
Lo ideal es permanecer en el punto donde se produjo la emergencia, siempre que sea seguro. Si hemos informado a alguien sobre nuestra ruta antes de salir, los equipos de rescate podrán acotar la zona de búsqueda y localizarnos más rápido. En caso de que el lugar no ofrezca condiciones mínimas para pasar la noche, debemos trasladarnos a un sitio seguro lo más cerca posible, manteniendo siempre una referencia visual con el punto inicial.

L – Localización
Una vez asegurada nuestra protección, el siguiente paso es facilitar nuestra localización. Lo primero que debemos hacer es avisar al 112 y proporcionar la siguiente información:
- Ubicación exacta o aproximada. ( mejor por coordenadas UTM)
- Ruta que seguíamos antes de perdernos.
- Número de personas en el grupo.
- Estado de los heridos (si los hay).
Podemos usar el 8 lineas de Orosa Aventura

Además, podemos utilizar señales visuales para hacer más evidente nuestra presencia:
- De día:
- Paneles de señalización con materiales brillantes o de colores vivos.
- Uso de mantas de emergencia aluminizadas para reflejar la luz.
- Formación de señales SOS con piedras o ramas.
- Agrupación de objetos en conjuntos de tres (cifra universal de señal de socorro).
- De noche:
- Linternas o luces químicas en patrón de tres.
- Triángulo de luces para indicar una HLZ (Helicopter Landing Zone).
- Fogatas (con las debidas precauciones).
- Luces infrarrojas si contamos con material de visión nocturna.
A – Almacenamiento
Nunca debemos asumir que el rescate será inmediato. Un incidente que podría resolverse en pocas horas puede prolongarse días debido a condiciones meteorológicas, dificultades de acceso o errores en la búsqueda.
Es fundamental:
- Racionar el agua y los alimentos, priorizando los de mayor valor energético.
- Explorar los alrededores en busca de recursos (sin alejarnos de la zona de seguridad).
- Comprobar el material de primeros auxilios y mantener la higiene.
- Construir y mejorar nuestro refugio para soportar la intemperie.
Según datos de la Guardia Civil de Montaña, el 80% de los rescates en entornos naturales implican a personas sin equipo adecuado o sin conocimientos de supervivencia. Anticiparnos y almacenar correctamente los recursos puede marcar la diferencia.

N – Nunca
El factor psicológico es crucial en situaciones de emergencia. La voluntad de sobrevivir es, en muchas ocasiones, el recurso más valioso que tenemos.
- Nunca debemos darnos por vencidos. La mente y la determinación han permitido a personas sin conocimientos previos sobrevivir a situaciones extremas.
- Nunca debemos dejarnos llevar por pensamientos negativos. La desesperación y el miedo pueden nublar nuestro juicio y hacer que tomemos decisiones peligrosas.
- Nunca debemos estar ociosos. La inactividad lleva a la ansiedad. Mantenernos ocupados con tareas concretas como mejorar el refugio, reforzar las señales de emergencia o buscar materiales nos mantiene enfocados y motivados.
- Nunca terminar el día sin una pequeña victoria. Cada logro cuenta: encender fuego, construir una buena señal de socorro o mejorar nuestro refugio refuerza la moral y nos acerca un paso más a la resolución del problema.
En un mundo cada vez más incierto. La historia reciente nos ha demostrado que eventos impensables pueden ocurrir en cualquier momento: pandemias, crisis financieras, conflictos internacionales, terremotos, unundaciones… En este contexto, estar preparados para cualquier eventualidad ya no es una opción, sino una necesidad.
El medio natural no perdona la improvisación. Tener un P.L.A.N. puede ser la diferencia entre una anécdota y una tragedia. Aprender y aplicar estos principios nos permite disfrutar con seguridad de nuestras actividades al aire libre y estar listos para cualquier emergencia.
¡La preparación y los conocimientos es la clave de la supervivencia!
No responses yet